Hoy quisiera llamar la atención sobre el consumismo y sus consecuencias e intentar de alguna forma que la gente entienda que la mayoría de las compras que hacemos son para satisfacer necesidades creadas por aquéllos a quienes les interesa que compremos.
Aunque tengamos suficiente ropa, complementos, adornos para la casa,...sentimos la necesidad de seguir comprando. ¿por qué? pues porque queremos unos zapatos del mismo color que la cazadora, y también el bolso a juego, ¿y por qué no un paraguas igual para ir súper combinada?
Lo mismo ocurre en casa con las cortinas, la colcha de la cama, el color de la pintura de la habitación, el empapelado...La tele de repente se queda pequeña....
Pero, ¿nos proporciona esto algún beneficio real? Y llamo la atención sobre esto porque todo ello acaba convirtiéndose en un círculo vicioso del que no somos conscientes; sentimos necesidad de comprar cosas sin utilidad adicional a lo que ya tenemos, y en muchas ocasiones para tirar lo anticuado a la basura.
¿No nos damos cuenta de todo lo que contaminamos? Generamos un volumen de basura exagerado con todo lo que tiramos. Además, para fabricar esos bienes que no necesitamos pero que sí que compramos, se utilizan tintes y materiales que sufren una transformación cuyos residuos acaban contaminando el río y el mar. Y luego, ¿nos comemos el pescado criado en esas aguas contaminadas? O lo que es peor, ¿le damos a nuestros hijos ese pescado? Pero es que además con esa agua regamos las tierras donde se cultivan los vegetales que nos comemos o que damos de comer a nuestros pequeños. ¿Seguís pensando que tener cosas que no necesitamos nos trae algo bueno? Pues no, todo lo contrario, cada vez tendremos más enfermedades y más intolerancias alimentarias.
Todos los residuos que generamos, en la mayor parte de las ocasiones con componentes tóxicos, acaban formando parte de alguna manera de los alimentos que luego nos llevamos a la boca.
¿Y qué pasa con los efectos colaterales de comprar ropa barata? Hace poco veíamos en la tele lo que pasó en Bangladesh con fábricas textiles. De esto hablaremos en otra ocasión, pero la noticia estaría bien que despertara las conciencias que el consumismo pretende apagar.
Como dice el refrán, "un grano no hace granero pero ayuda al compañero". Está claro que no podemos individualmente evitar que las grandes empresas tiren residuos o utilicen materiales contaminantes en sus productos. Ahora bien, si reducimos nuestras compras a lo justo y necesario y además intentamos comprar productos ecológicos que garanticen que no ha habido tóxicos o contaminantes en sus procesos de elaboración, entre todos, indirectamente, estaremos contribuyendo a reducir la contaminación y asegurar un futuro más sano para nosotros y nuestros descendientes. Como dije en otra ocasión: si no consumimos productos contaminantes, a las empresas no les compensará fabricarlos.
Os dejo varios enlaces interesantes:
Muy bueno el artículo, Pepa! Ojalá algún día esta sociedad se de cuenta de que el poder no da la felicidad y el dinero no se come.
ResponderEliminarPara ser los únicos seres en el reino animal con intenligencia y capacidad de razocinio, somos bien tontos!
Como siempre Pepa es muy interesante todo lo que dices, son grandes verdades.
ResponderEliminarEspero ansioso tu siguiente artículo.
Muchísimas gracias a los dos por vuestro comentario.
ResponderEliminarOjalá nos cocienciemos de todo esto y no sea demasiado tarde.
Como dice la madre de una amiga: -El dinero debería tener fecha de caducidad.
Un saludo a tod@s y me pondré a pensar en la siguiente entrada!